"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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28-03-2014 |
El té de tilo, es lo mejor para ciertos estados de animo
c.e.r.
Que el antiguo reformismo, no ha cambiado en su esencia es una cuestión indudable
Por eso están como están (política y electoralmente).
Pero no se equivocan menos, ciertos “vanguardistas”, que quieren mandar la Convención al tacho de la basura y resolver el problema “fundando” una nueva impoluta, “clasista” y “revolucionaria”.
Hubo un tiempo que ciertos “revolucionarios internacionalistas” querían que en las asambleas obreras, se aprobaran clausulas de defensa “de la Paz” (se venía la denominada Guerra Fría) y entendían que los dirigentes de los trabajadores que pertenecían “a su Partido” debían insistir con la clausula de marras, aunque los obreros de carne y hueso no entendieran nada de lo que pretendían “mecharle” en las resoluciones de las asambleas de los sindicatos.
Eran los tiempos de Eugenio Gómez, que paulatinamente iban llegando al final. Y hubo de todo, dirigentes que se negaron a “mechar” el tema, junto a otros que “los mecharon” o los “incluyeron” después de la asamblea obrera, sabiendo que pocos las leen, pero en la estructura, la “maniobra” servía para hacer “meritos”, buscar promoción, “ascender” la cuesta.Se llegó así a exigir “la autocritica” a esos dirigentes, y se concretó en la separación de cargos partidarios, que después pretendió hacerse llegar a las asambleas obreras. Para sorpresa de aquellos “iluminados”, los obreros “reformistas uruguayos”, apoyaron a sus dirigentes naturales, miembros del “partido”, desautorizaron a los representantes oficiales, entre ellos el “zapatero” Enrique Rodríguez y ratificaron plenamente su confianza en los dirigentes textiles cuestionados que encabezaba Héctor Rodríguez.
Así la UGT “unionista” se aisló aún más de los trabajadores uruguayos y el “partido” se precipitó velozmente hacia la “secta” política más aislada del panorama nacional. Finalmente los “otros camaradas” les dieron “un golpe” a Eugenio Gómez y a su hijito “Gómez Chiribao” porque con esos “dirigentes políticos” iba camino directo a la ruina.Como se ve con respecto al “reformismo” tradicional uruguayo, estamos curados de espanto, vacunados y, conocemos –además- perfectamente bien “su historia”. Por ese lado no hay peligro.
El movimiento sindical obrero, la “clase en sí ” , no es todavía “la clase para sí ”. Esto, hay que entenderlo desde el pique.
Saltearse estas fases, confundirlas, les sirve a algunos que de movimiento obrero, lucha, organización, huelgas, y resoluciones, entienden poco.
Por algo será que algunos “tupamaros” dirigentes, confundieron a los “cañeros” con “proletariado” cuando nunca pasaron de “asalariados rurales”. Sendic, eso , lo sabía bien, y por eso fue a dar un empujón organizativo, a lo que de otra manera, no sabía y no podía organizarse por sí mismo , como en cambio supieron hacerlo otros sectores del proletariado nacional, en su momento.
El mérito de Sendic, ( como el de Leguizamón, que se silencia , aunque eran amigos y camaradas) estuvo en que se separó con satisfacción de la secta urbana y montevideana “socialista”, imbuida del canibalismo y las zancadillas internas por “posiciones”, tempranamente, cuando toda la izquierda no representaba más que un magro 10% de conciencia electoral.
Había todo un terreno de conciencia elemental, sindical , a ganar entre los asalariados del campo, para forjar la gran alianza entre el proletariado industrial, los asalariados del campo y las clases medias (incluidos los estudiantes).
El reformismo, particularmente “el golpista” con el difunto Arismendi, Massera, Pastorino, Pietrarroia y Enrique Rodríguez a la cabeza, todavía estaba en sus entelequias de “alianza con la burguesía nacional” que incluían en la “gran alianza” del frente de la Liberación Nacional, como lo testimonia la polémica entre Arismendi y Vivian Trias.
Trías desestimaba el valor social, la importancia política y el posible aporte de la tal “burguesía” que calificaba de “despreciable e ínfimo” a la luz de la experiencia histórica de las burguesías de América Latina, ya en aquella época . Ni hablar de “ ahora ” cuando está completamente integrada y subyugada en las alianzas imperiales, contenta y satisfecha con su magra porción de la renta, que les alcanza para ser la clase dominante de sus ámbitos “dependientes y subdesarrollados” de sus respectivos ámbitos “nacionales”.
Lo que primó fue la concepción del difunto Arismendi y- tras de cuernos, palos - a la misma se plegaron después las jefaturas tupamaras “liberadas” y hasta los mismos “socialistas” de antaño a través de su ala mayoritaria y “renovadora”.
Es decir, que el reformismo, recibió el espaldarazo de “revolucionarios” y “socialatas”, se fortaleció, y esto, que vemos ahora , lo que se denomina “progresismo gobernante”, es el triunfo completo de la tesis “reformista” original, avalada aún por otros “radicaletas” sin que tiraran ni un tiro, ni hicieran un alegato, forjaran un plan alternativo, y combatieran el brulote. Ni un dedo movieron para ello. El que calla, otorga , hemos dicho en un artículo reciente.
Por muchos pataleos que hagamos ahora, más de una “rabieta”, y algún gestito destemplado, no pasamos entonces “la prueba” y, -es lo peor- tampoco pasamos “la prueba” ahora . O sea nos compramos “el tranvía”, el “buzón”, y todo un montón de lugares comunes reformistas.
Eso sí, más de uno, que nunca uso la cabeza propia, que no atajó nada (ni pa goleros servían) se hacen los defensores de la ideología de una persona muerta hace ya varios años, para seguir jodiendo, haciéndose cartel propio ( es lo que está detrás de todo esto, en realidad ) y hasta buscan “sonoridad” y resonancia que nunca han tenido por méritos propios. Son unos “pobres mozos” de los méritos ajenos, de los que siempre entendieron poco, y hoy, de viejos, menos aún. Es lo que está entre las bambalinas de ciertos homenajes a Don Raúl Sendic, actuales. Ideas propias ninguna (y esto no incluye a Tiro Suizo).
Volvamos ahora, al temita del proletariado real uruguayo, señalando también desde el pique, que esos mismos “radicaletas” tampoco han sido capaces de ganarse sus galones de dirigente sindical de base, intermedio o superior, en los sindicatos reales. Otros lo harán , porque ellos están en “la pose” (y mirándose al espejo) del año 68 de sus papás y mamás, sin darse cuenta todavía, que el tiempo no pasa en vano. Como ya empiezan a peinar canas, y se han pasado la vida “al pedo”, es necesario señalárselos , para ver si “avivan el seso, y despiertan”
El asunto no es , la vieja Convención Nacional de Trabajadores, el glorioso Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), el híbrido actual que se llama PIT- Cnt., la Tendencia Combativa y otras fases que pertenecen a la historia.
Todo eso pasó, si a veces es necesario recordarlo, es por dos razones: la primera , es porque muchos mencionan las siglas sin conocer su génesis, evolución y transformaciones, o sea por su ignorancia ( la de ellos , d e más de la mitad de la misa) , la segunda , es por los esfuerzos denodados y continuos del reformismo, de transformar aquella historia, en otra nueva, acomodada al gusto y paladar de sus intereses actuales (es decir su falsificación)
Desbrozado este preludio, estamos en condiciones de poder continuar
Al reformismo político se le combatió entonces, igual que a otros reformismos que hubo entonces, a veces solos y otras veces en alianza (verbigracia la central “sectaria” de la UGT, y la central “amarilla” de Acuña). La lucha como toda lucha imponía circunstancialmente alianzas con aliados inestables, vacilantes, oportunistas al menor descuido y que había siempre que vigilar con el rabillo del ojo.
Aquí no todo fue “liso”, diáfano, transparente y sin contratiempos . Más de una vez y terminada una lucha había que enfrentarse nuevamente con el antiguo aliado de ayer, porque volvía a las andadas de “copar” los organismos, sus andanadas de “sellitos” unitarios (compuesto por afiliados), y algunas otras “lindezas” más. Entonces, como ahora.“UTAA, por la Tierra Y CON SENDIC” refleja solo uno de esos múltiples episodios. No fue ni el principal ni el único. Conviene reafirmarlo.
Pero así como el proletariado industrial textil, enfrentó en su momento al reformismo político defendiendo a Héctor Rodríguez y a los dirigentes que lo seguían, los asalariados rurales , también defendieron a su líder Raúl Sendic, en forma clara y tajante, contra los intentos del reformismo político, sin dejar por ellos de forjar la “unidad” que imponían las circunstancias y el enemigo principal: las planes de reestructuración económicas que imponían los elencos políticos y la burguesía vernácula en alianza con el imperialismo norteamericano.
Tan dura fue esa lucha que al final, no les quedó más remedio que liquidar la democracia política burguesa (de la que se ufanaban), promover del estamento militar a los coroneles “duros” golpistas al rol de generales, y a través de un proceso relativamente largo, desencadenar la tiranía militar, que comenzó siendo “civil” hasta pasar a ser desembozadamente “militar”. Ahora están en el esfuerzo ideológico de “justificar” todo aquello, recuperar la “democracia” como concepto y para ellos cuentan con los esfuerzos intelectuales de un Alfonso Lessa y de un Sanguinetti, sin contar con otros “aportes” menores.
Todos juntos en el esfuerzo de denigrar revoluciones “imposibles” o las variables de la “agresión a la democracia”.
Pero , fortalecidos, y es lo principal , con los “revolucionarios arrepentidos”, los “reformistas” reciclados, los “renovadores” renegados, y hasta las partes correspondientes de las corporaciones militares de logia integradas al engendro.
Nada han puesto “los revolucionarios radicales” del gesto, para oponerse a esos esfuerzos en el plano organizativo, en la creación intelectual, en el nivel teórico, y en el esfuerzo militante práctico. Ni siquiera los preocupan “esas nimiedades” del estudio, la investigación social, la teoría, o los círculos de estudio colectivos.
Siguen balbuceando “sus torpes recetas” dijera Zitarrosa, sacadas del pasado, del archivo de citas, de viejas consignas, sin atreverse a dar un paso adelante en serio desde el 85 hasta ahora.
Cada chancho en su chiquero, cada secta en su “chacra” , como enanos que no se animan al esfuerzo colectivo, de elevarse de sus actuales miserias….y ante la sorna canchera de sus viejos enemigos
Algo más nos gustaría señalar porque nos parece pertinente. Cuando los trabajadores participan en movilizaciones colectivas, esto no le sirve solamente al partido que las orienta o, a los dirigentes sindicales, de esos partidos, que las convocan.
Es de cortas miras interpretar las cosas tan mecánicamente.Aparte de esos gestos que como muy bien señala Tiro Suizo, aprovechaba el difunto Arismendi para “mostrarse”, hay otra cosa: la experiencia colectiva de la masa convocada, lo que se desprende de esa acción.
La clase obrera se expresa ante el resto de las capas y clases sociales, mediante su presencia colectiva. Les está marcando claramente qué reivindica, cuál es la importancia que para ella tiene lo que reivindica. Influye socialmente, de esta manera, sobre la conciencia colectiva de la sociedad entera.
¿Porqué y para qué eran las “marchas cañeras” de los asalariados rurales?
No solamente para incitar “por la ley” a que expropiara un latifundio improductivo, sino también para demostrar que en ciertas partes del Uruguay, existían formas incruentas de explotación, donde la desnutrición era moneda corriente, donde las enfermedades perfectamente curables se volvían incurables, donde la educación estaba todavía ausente, dónde las relaciones capitalistas del salario se expresaban no en moneda, sino en bonos, canjeables solo en las “cantinas” de la empresa.Todo esto parece ignorarlo nuestro supuesto oponente, que toma lo visual, lo “que se vé” como lo principal y no profundiza su exposición, quedándose meramente en la superficie y las apariencias.
No nos burlemos “de las camisas rojas” del Sunca, como antes no deberíamos burlarnos de la apariencia miserable de los asalariados rurales que llegaban a la capital y exponían claramente esa miseria y sus necesidades, que en la capital, la clase obrera industrial, había superado hacía largo tiempo. La realidad del salario rural contrapuesta a la realidad del salario industrial.
Y los mismos propietarios de fábricas en la capital, estaban también enlazados por vínculos de propiedad con ese capitalismo agrario del atraso y de las relaciones sociales casi feudales.
Eso es lo que hace la visión de Tiro Suizo, unilateral, limitada, parcial.
Qué esta movilización por la ley para la Construcción, no es “la revolución”, ni mucho menos, estamos perfectamente de acuerdo.
¿Pero qué es lo que se ha alentado, desde el Gobierno, a lo largo de dos administraciones? ¿Acaso la movilización de los asalariados o su pasividad ?
¿Dónde nos dicen “hay que ir a discutir”? ¿No es acaso en “las comisiones parlamentarias”, con sus equipos de asesores, no a la luz pública?
¿Cómo nos birlaron el tema de los Derechos Humanos, en los que ellos no creen? ¿Aceptando acaso una discusión franca, que los exponía a perder votos y no ser reelectos? ¿O fue por “otra vía”?
Y podríamos seguir con otros ejemplos dentro de la misma temática, la reparación de las víctimas del terrorismo de Estado, la justicia y el castigo a los culpables, etc., etc., etc.
A este gobierno no le interesa la gente en la calle, movilizada, porque cunde el mal ejemplo, sienten amenazada “su gobernabilidad” y cada vez que un movimiento social se torna amenazante, hacen todo lo posible por neutralizarlo, dividirlo, confundirlo y estigmatizarlo
No es “la revolución” pero está muy cercana a un punto indispensable de la conciencia revolucionaria: la movilización colectiva
La lucha contra la minería de Gran Porte, el puerto de Aguas Profundas, la Regasificadora, es un ejemplo palpable.
Prometer que van a entender y atender todos los reclamos, modificar lo que haya que modificar, ceder ante los reclamos populares que entiendan justos , pero todos sabemos que eso son maniobras hechas en la esperanza de dilatar las cosas y….llegado el momento de la votación imponernos “sus” soluciones, sin vuelta de hoja, a rajatablas.
Mujica que alardea que todos pueden ir a verlo en la Torre Ejecutiva, sabe perfectamente bien esto: recibe, escucha, se hace el sorprendido ante alguna verdad de a puño, promete que dará una respuesta favorable a los reclamantes…..y los manda “estragados” y en silencio. Sabe de antemano, que todo eso que hace es teatro
La práctica política real, fue –a lo largo de dos periodos de gobierno- cocinar “por arriba” con la anuencia de la Convención y sin movilización . Y encargar después a “los dirigentes obreros” explicar la cosa, hacer callar a los críticos y ganar tiempo con el argumento “del gobierno en disputa”.
Y lo que pasa ahora, es que eso se acabó, desde la última huelga de los funcionarios públicos y del gremio de la enseñanza. Se acabó y entonces peligra la gobernabilidad
Lo que hizo el Sunca refleja esa nueva correlación de fuerzas al seno del movimiento sindical, las bases obreras empiezan a avivarse y las direcciones conciliadoras de antes, tienen que dejar hacer, so pena de enemistarlos, perderlos y precipitarse en el desprestigio.
Y el tema “de la revolución” no está en tapete. Falta muchísimo para ello y lo hemos señalado expresamente. Y tampoco estamos para “un obrerismo” vacuo y demagógico. Esto debe quedar claro.
Con esto damos –por el momento- por terminada el esbozo de polémica que provoca Tiro Suizo, que “fraternalmente” nos envía un “cadenazo”. Nosotros, en cambio, le enviamos – virtualmente- un mate fraterno y amargo, pero cargado con hojas de ombú. Que él, si quiere, se tome el primero, que es el del “zonzo”
Salute
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